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Los placeres ocultos son más comunes de lo que la gente piensa
Excitación por algunas partes del cuerpo, pasión por los azotes o deseo por la lencería de encaje podrían ser algunos de los miles de fetiches que existen. Aunque sigue siendo un tema tabú en la sociedad, esta es una conducta muy recurrente en la vida sexual de muchas personas.
Los fetiches sexuales pueden llegar a ser de gran ayuda para estimular y disfrutar plenamente de nuestra sexualidad. Además, ¿Sabías que estos pueden desvelar muchos rasgos de nuestra personalidad más profunda?
¿Qué es un fetiche sexual?
El fetiche es un estímulo sexual que contribuye a aumentar la líbido en las relaciones sexuales. Existen muchos tipos de fetiches, pero la gran mayoría de ellos consisten en fijar alguna parte del cuerpo humano o algún complemento relacionado con él como objeto de excitación.
Desde siempre se han considerado una parafilia en todos aquellos que manifestaban sus deseos más excéntricos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, cada vez es más frecuente y sencillo normalizar las filias sexuales de cada persona. De hecho, muchos sexólogos afirman que todos tenemos conductas fetichistas en mayor o en menor medida.
Existen muchos tipos de fetichismos sexuales, por lo que es imposible numerarlos a todos. Cualquier conducta, parte del cuerpo u objeto podría asociarse al deseo y a la excitación sexual si existen las condiciones adecuadas. No obstante, es cierto que algunos fetiches suelen ser más populares que otros. Entre ellos se encuentran los fetiches de pies, los fetiches de manos y los fetiches con determinados tipos de lencería.
¿Cuál es la causa del deseo?
No hay una única teoría que justifique el origen de la excitación que producen los fetiches sexuales. Sin embargo, la más aceptada socialmente consiste en las relaciones y las conexiones que formamos cuando nuestro apetito sexual se está desarrollando.
De este modo, una experiencia durante el desarrollo de la sexualidad de una persona podría causar una asociación entre el deseo y la excitación sexual de un objeto determinado, originando un fetiche en el futuro. Será en la adolescencia cuando este deseo salga a la luz, ya que el descubrimiento de los fetiches va de la mano de la intensidad hormonal y de las primeras prácticas sexuales.
Existe muy poca información sobre este fenómeno sexual. Por este motivo, habitualmente las personas que se excitaban con estos estímulos eran diagnosticadas con desórdenes mentales.
Los fetiches más comunes
Los fetiches pueden ser muy variados en función de los gustos personales. Sin embargo, en los últimos tiempos han cobrado protagonismo fetiches relacionados con el sadomasoquismo, la dominación y el sexo extremo.
En el mundo del fetichismo encontramos diferentes niveles de intensidad. Podemos hallar desde los más leves como el deseo por las prendas de lencería, hasta los llamados fetiches raros donde la excitación se centra en un objeto y no en la persona que lo usa.
Seguro que alguna vez has oído términos como podofilia, urolaginia o misofilia. Todas estas palabras son nombres que se atribuyen a algunos de los fetiches más repetidos y extravagantes de la sociedad.
Bajo el término de podofilia, encontramos el fetichismo de pies. Existen muchas personas que consideran fuente de excitación los pies cuidados y bonitos. De hecho, ¿Sabías que es uno de los fetiches más comunes en nuestra sociedad?
La urolaginia, también conocida popularmente como “lluvia dorada” es un fetiche que consiste en experimentar excitación cuando se manipula o se observa la orina de otra persona. En este estímulo también entran en juego dinámicas de poder y sumisión que complementan la experiencia.
Los disfraces y la ropa interior, especialmente la lencería de encaje, son también algunos de los fetiches más habituales entre la sexualidad tanto de los hombres como de las mujeres. La idea que la ropa interior esté en contacto con las zonas genitales, despierta la imaginación del fetichista.
Beneficios de los fetiches sexuales
Muchas parejas suelen recurrir a ellos para salir de la rutina y la monotonía del día a día. Introducir nuevas formas de excitación en tus relaciones sexuales podrá ser la solución de muchos de tus problemas de convivencia y comunicación entre tu pareja y tú. Todos los elementos que contribuyan a erotizar las relaciones sentimentales siempre serán beneficiosos para ambos integrantes.
Está claro que estas conductas van más allá del sexo convencional. Los estímulos sexuales aportan creatividad e innovación en las relaciones más íntimas. Por esta razón, los fetiches pueden ser la herramienta que estás buscando para evitar que el sexo se transforme en algo mecánico y monótono.
Abre la mente y no tengas miedo de innovar, ni de confesar tus fantasías más oscuras. Comunícate con tu pareja y expresa tus deseos íntimos favoritos para mejorar tus relaciones sexuales.
Ya es hora de acabar con el aura de prejuicios y tabúes que rodea el fetichismo. Descubre tus placeres prohibidos y aplícalos para reavivar la excitación sexual del principio de la relación.